CUANDO LA DIGNIDAD AVERGÜENZA A LA «DEMOCRACIA» Y A LA «LIBERTAD»...
He visto a un trabajador ser despedido por sacar un durazno del potrero en el verano calcinante, y después alejarse con su mochila cargada de ira y tristeza; a temporeras agrícolas tener que ir hacer sus necesidades entre pastizales y no querer reclamar el derecho a un baño por el miedo a ser despedidas; o aquella empresa en la Región de Atacama, donde tuve que desechar una espuma carcomida con excremento de ratones, y remplazarla por un cartón, a modo de colchón para dormir en las noches. Recuerdo cuando era un adolescente en las faenas de Aconcagua, pasaba el tractor aplicando agrotóxicos y casi todos los trabajadores permanecían en el lugar, también por miedo a perder el sustento familiar. Siempre acechando el imperio del miedo y el castigo como método de control social. Quedaban mojados y en silencio con el químico en sus cuerpos, dando a entender que a nadie les interesaba sus vidas y que había que asumir tal cual el «destino». Lo vi y lo viví. Podría seguir dando mil ejemplos como los anteriormente señalados. Y es una constante la represión policial sobre la clase trabajadora cuando alza la voz exigiendo dignidad. La historia y las innumerables masacres obreras en Chile y el mundo dan cuenta de un modo de producción implacable y cruento en el que el gran capital barre con nuestra humanidad.
Al fin y al cabo, esta es la sociedad en la cual unos viven de la explotación de otros y es percibido como «normal», tan «normal» como el flagelo de la cesantía que niega la existencia humana (existencia indisolublemente unida al trabajo y al derecho a la vida, como las raíces del árbol a la tierra), arrojando a las y los trabajadores al despeñadero de la angustia y la desesperación, frente a un Estado que se desentiende y solo ofrece asistencia paliativa por un tiempo determinado. Después, sobrevive como puedas, a como dé lugar y si te he visto no me acuerdo... Sistema al que muchos/as consideran «democrático». Para mí, ha sido y es evidente esclavitud asalariada. Por donde se le mire. Y sé como usted, compañero/ra, amigo/a, que no es fácil sobrellevar nuestra existencia en la prehistoria de la humanidad; sin embargo, la inmensidad de la nueva alborada resplandece su belleza.
No es casual escuchar a trabajadores/as decir muchas veces «somos una cifra desechable del sistema»... Lo cierto es que sin trabajo no puedes alimentarte y cubrir las necesidades básicas que te permitan sobrevivir; y asimismo, laborando el asalariado/a es alienado/a, porque el fruto de su trabajo es ajeno y lo subyuga. Hay quienes dirán que es «democracia», aunque haya explotación y tremendas desigualdades, argumentando que la ciudadanía tienen el derecho y la «libertad» de votar, a organizarse y expresar lo que piensa.
Pero resulta que ese derecho a sufragar, esa organización y facultad de decir lo que se piensa o siente, solo es permitido dentro de los márgenes impuestos por quienes detentan el poder, por las superestructuras. Cuando se cruza la línea prohibida en pos de la emancipación de la clase trabajadora para dejar de ser mercancía y acceder a la condición digna de ser humano, cuando comienza una efectiva transformación social y se abre la posibilidad de que la tierra y las fábricas queden en manos de quienes producen las riquezas con su trabajo; viene entonces, la arremetida implacable de los amos y señores del sistema imperante para evitar la humanización de la sociedad. Entra en acción de forma ya desenmascarada la abyecta alianza entre el imperialismo y sus capataces u «oligarquía criolla» con sabotajes, sanciones, bloqueos, golpes de Estado, amenazas de invasión... Y todo a causa de que la clase trabajadora ha comprendido que tiene el legítimo derecho a la plenitud de la vida, a la dignidad, agudizando las contradicciones de clase y transgrediendo la «libertad» y la «democracia» del Estado burgués.
Esa ha sido la tónica a través de la historia, y continuará siéndolo mientras este modo de producción no sea superado por la organizacion consciente del Pueblo, para avanzar en el sendero transformador del socialismo, hasta alcanzar, en algún momento de la humanidad, el cambio dialéctico hacia una sociedad superior sin clases y donde nuestra existencia esté conscientemente unida a los ecosistemas del planeta, materializándose el reencuentro histórico con la identidad arraigada y cósmica de los Pueblos originarios que aún mantienen viva la esencia comunitaria, y siempre respetuosos guardianes de la Madre Naturaleza. Comunidad y naturaleza en la vital complementación de la vida. En síntesis: la emancipación de la clase trabajadora para abolir su condición de mercancía y la persistencia de la memoria en las comunidades de la fraternidad. El amor que se viene forjando, contra viento y marea, en el horizonte de la existencia.
Nicolás Liberde Llanka
Escritor.
Fotografía: con mi querida lamngen, Selfa Antimán, que un día partió hacia el curso inexorable de las estrellas. Escritora y luchadora incansable por una nueva sociedad.
عندما تُحرِج الكرامةُ «الديمقراطية» و«الحرية»...
لقد رأيتُ عاملاً يُفصَل من عمله لأنه أخذ حبّة خوخ من الحقل في صيفٍ حارق، ثم يغادر وهو يحمل حقيبته المليئة بالغضب والحزن؛ ورأيتُ عاملاتٍ موسميات في الحقول الزراعية يضطررن لقضاء حاجتهن بين الأعشاب لغياب المراحيض، ويمتنعن عن المطالبة بحقهن في دورة مياه خوفًا من الطرد. كما أتذكر تلك الشركة في إقليم أتاكاما، حيث اضطررتُ إلى رمي إسفنجةٍ كانت تنخرها فضلات الفئران، واستبدلتها بقطعة كرتون لأستخدمها كفراشٍ أنام عليه ليلاً.
وأتذكر حين كنت مراهقًا أعمل في حقول أكونكاغوا، كانت الجرارات تمرّ لترشّ المواد السامة الزراعية، بينما يبقى معظم العمال في أماكنهم خوفًا من فقدان مصدر رزقهم. كان الخوف والإذلال يسيطران كوسيلةٍ دائمةٍ للسيطرة الاجتماعية. كانوا يبتلّون بتلك المواد الكيميائية ويبقون صامتين، وكأنّ حياتهم لا تهم أحدًا، وعليهم تقبّل ذلك كأنه «قدر». لقد رأيتُ ذلك وعايشتُه. ويمكنني أن أروي ألف مثالٍ آخر من هذا النوع.
ومن الثوابت أيضًا القمعُ البوليسي الذي تتعرض له الطبقة العاملة عندما ترفع صوتها مطالبةً بالكرامة. إن التاريخ والمجازر العمالية الكثيرة في تشيلي والعالم تشهد على نظام إنتاجٍ لا يرحم، نظامٍ يسحق إنسانيتنا باسم رأس المال الكبير.
في نهاية المطاف، هذه هي المجتمعات التي يعيش فيها البعض على استغلال الآخرين، ويُعتَبَر ذلك «أمرًا طبيعيًا»، طبيعيًا مثل آفة البطالة التي تُنكر على الإنسان وجوده ذاته — ذلك الوجود المرتبط جوهريًا بالعمل وحقّ الحياة، كما ترتبط جذور الشجرة بالأرض — لتُلقى بالعمال والعاملات في هاوية القلق واليأس أمام دولةٍ تتنصّل من مسؤوليتها ولا تقدم سوى مساعداتٍ مؤقتةٍ لا تلبث أن تزول. وبعدها، يقال لك: عِشْ كما تستطيع، بأي وسيلة، وإن رأيتك لا أذكرك... نظامٌ يسميه الكثيرون «ديمقراطيًا»، لكنه بالنسبة إليّ لم يكن يومًا سوى عبوديةٍ مأجورة، من أي زاويةٍ نظرنا إليه.
وأعلم، كما تعلم أنت يا رفيقي/رفيقتي، يا صديقي/صديقتي، أن حملَ وجودنا وسط هذه «ما قبل التاريخ» للبشرية ليس سهلًا، لكن بزوغ فجرٍ جديد يسطع بجماله العظيم.
ليس من قبيل الصدفة أن نسمع العمال يقولون كثيرًا: «نحن مجرد رقم يمكن للنظام أن يتخلّص منه متى شاء»... والحقيقة أنه من دون عملٍ لا يمكنك أن تأكل أو تلبّي حاجاتك الأساسية كي تبقى على قيد الحياة؛ وحتى أثناء العمل، فإن العامل يظلّ مُغتربًا لأن ثمرة جهده تُسلب منه وتستعبده. وسيقول البعض إن هذا هو «النظام الديمقراطي»، رغم الاستغلال والفوارق المهولة، بحجة أن المواطنين يملكون «الحق» و«الحرية» في التصويت والتنظيم والتعبير.
لكن الواقع أن هذا الحق في الانتخاب، وذاك التنظيم، وتلك الحرية في التعبير، لا تُسمح إلا ضمن الحدود التي يفرضها من يملكون السلطة، أي البُنى الفوقية للنظام. وعندما تتجاوز الطبقة العاملة تلك الحدود المحرّمة في سبيل تحررها من كونها سلعةً، وسعيها لأن تصبح إنسانًا ذا كرامة، وعندما تبدأ عملية التغيير الاجتماعي الحقيقية وتلوح إمكانية أن تعود الأرض والمصانع إلى أيدي من يُنتجون الثروات بعملهم، تبدأ عندها الهجمة الضارية من سادة النظام القائم لوقف أي محاولة لإنسانية المجتمع.
حينها تتحرك بوضوحٍ كاملٍ تلك التحالفات الدنيئة بين الإمبريالية وأتباعها من «الأوليغارشية المحلية» مستخدمةً التخريب، والعقوبات، والحصار، والانقلابات، والتهديدات بالغزو... وكل ذلك فقط لأن الطبقة العاملة أدركت أن لها الحق الشرعي في الحياة الكاملة والكرامة، فتتعمق التناقضات الطبقية ويُكشَف زيف «الحرية» و«الديمقراطية» في الدولة البرجوازية.
وهكذا كان الأمر عبر التاريخ، وسيبقى كذلك ما لم يُتجاوَز هذا النمط من الإنتاج بفضل التنظيم الواعي للشعب، للسير في الطريق التحويلي نحو الاشتراكية، حتى نبلغ — في لحظةٍ ما من تاريخ البشرية — التحول الجدلي نحو مجتمعٍ أرقى، خالٍ من الطبقات، تكون فيه حياتنا مرتبطة بوعيٍ عميق بأنظمة الكوكب البيئية، متحققةً بذلك المصالحة التاريخية مع هوية الشعوب الأصلية المتجذرة والكوسمية التي ما زالت تحفظ جوهر الحياة الجماعية، وتحرس الطبيعة الأم باحترامٍ دائم.
إنها جماعةٌ وطبيعةٌ في تآلفٍ حيويٍّ من أجل استمرار الحياة.
وباختصار: تحرير الطبقة العاملة من كونها سلعة، وإحياء الذاكرة في مجتمعات الأخوّة. إنه الحبُّ الذي يُصاغ رغم الرياح والعواصف، في أفق الوجود.
نيكولاس ليبيردي يانكا
كاتب
الصورة: مع صديقتي العزيزة سلفا أنتي مان، التي رحلت يومًا في مسارها الحتمي نحو النجوم. كانت كاتبة ومناضلة لا تعرف الكلل من أجل مجتمعٍ جديد.
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